Al entrar en la sauna, el calor dilata los vasos capilares de la piel para mantener la presión sanguínea, que al principio tiende a disminuir. El ritmo cardíaco aumenta pudiéndose duplicar o triplicar, esto hace que incremente la circulación a la superfície de la piel, como cuando andamos rápido.
Las siguientes reacciones son la transpiración y la Hidroforesis (apertura de los poros de la piel). Gracias a esto, se produce la eliminación de toxinas y una limpieza de la epidermis en profundidad. Se expulsan del cuerpo metales pesados (plomo, mercurio, zinc, níquel...). También elimina alcohol, nicotina, sodio y combate el colesterol. A pesar de que también se pierden minerales beneficiosos para la salud, que se pueden recuperar con una bebida isotónica y una dieta sana.
Entre los beneficios de la sauna cabe destacar:
- Ayuda en la limpieza de la piel.
- Ayuda a eliminar toxinas.
- Alivia el dolor en articulaciones y músculos.
- Ayuda a quemar calorías.
- Promueve el sueño profundo.